Sale el sol, y con el una esperanza para todos!!!, creo que es lo que pensamos cuando suena el despertador para emprender un nuevo día;
Lo pensamos, si, lo hacemos inconcientemente, y se demuestra en el ánimo que nos lleva a prepararnos para enfrentar el reto de cada día.
Salgo y respiro profundamente para que penetre el aroma de la esperanza cada parte de mi; camino en dirección al auto bus y me deleito mirando como la luz del sol enfoca el camino que se destina a recorrer cada quien en su búsqueda de lo que anhela o es propiamente suyo.
Por momentos se me pierde la mirada y me marcho mas lejos de lo que podría pensar que estoy; al retornar no me detengo a analizar cuan lejos me fui, ni que deje por allá, solo regreso y… sigo con mi camino.
Me muevo, me aquieto, busco, guardo, hablo, me callo, escucho e interpreto y otras veces dejo pasar por alto.
Deshago y organizo, marco pautas y reviso, y en ese vaivén de cada jornada me dejo envolver, haciendo un esfuerzo para que no sea igual al día anterior y negarme que vivo al ritmo de la rutina, dejando espacios en la agenda para imprevistos u ocurrentes momentos de encantos, y así termino cada ciclo,
Pero cuantas cosas me perdí?
Me perdí de disfrutar de la luz que percibieron mis ojos al despertar,
el pajarillo que cantaba en mi ventana,
del primer recuerdo de los sueños de la noche,
de cómo se erizaba mi piel a acariciarme la sabana mientras me estiraba.
Me perdí del friito que distingue mi piel al caer el agua a mi cuerpo,
me perdí del sabor de cada pensamiento que olía a tu nombre,
me perdí de los instantes perpetuos que reflejaban tu rostros y que podían liberar un suspiro,
me perdí de disfrutar de la risa que detuve al tener de frente un cliché
me perdí tantas cosas:
un rebato, un escape,
un secuestro del asiento,
un cambio de rumbo,
un soñar despierta
una sonrisa, una sorpresa,
se la autora del robo de un aliento,
la sensación de la admiración,
sentir como el viento juega con mi pelo,
ser la que desconcentrar y despierta interés en lo que quiero,
me perdí de mi, creo que es mi mejor escudo, desaparecer como lo se hacer.
lo que no desaproveché fue la ansiedad de volver a verte,
el salto del corazón al escuchar el teléfono esperando que fueras tu,
el latido eufórico al saber que estabas cerca,
de actuar como si nada pasaba.
la ocurrencia, caminar otra vez a tu lado,
ser tu guía y ayuda idónea para entregarte una sorpresa,
tu sonrisa y tu carcajada,
la expresión de tu rostro cuanto te obsequie un atardecer conmigo en tus brazos,
los besos sorpresa,
los acordados con la mirada,
los abrazos viejos y no tan viejos
y ser co-protagonista de los párrafos que se escribían de nosotros.
Hoy quiero regalarte eso,
unas pocas líneas del mágico momento de un milagro.
te regalo un recuerdo…
Lo pensamos, si, lo hacemos inconcientemente, y se demuestra en el ánimo que nos lleva a prepararnos para enfrentar el reto de cada día.
Salgo y respiro profundamente para que penetre el aroma de la esperanza cada parte de mi; camino en dirección al auto bus y me deleito mirando como la luz del sol enfoca el camino que se destina a recorrer cada quien en su búsqueda de lo que anhela o es propiamente suyo.
Por momentos se me pierde la mirada y me marcho mas lejos de lo que podría pensar que estoy; al retornar no me detengo a analizar cuan lejos me fui, ni que deje por allá, solo regreso y… sigo con mi camino.
Me muevo, me aquieto, busco, guardo, hablo, me callo, escucho e interpreto y otras veces dejo pasar por alto.
Deshago y organizo, marco pautas y reviso, y en ese vaivén de cada jornada me dejo envolver, haciendo un esfuerzo para que no sea igual al día anterior y negarme que vivo al ritmo de la rutina, dejando espacios en la agenda para imprevistos u ocurrentes momentos de encantos, y así termino cada ciclo,
Pero cuantas cosas me perdí?
Me perdí de disfrutar de la luz que percibieron mis ojos al despertar,
el pajarillo que cantaba en mi ventana,
del primer recuerdo de los sueños de la noche,
de cómo se erizaba mi piel a acariciarme la sabana mientras me estiraba.
Me perdí del friito que distingue mi piel al caer el agua a mi cuerpo,
me perdí del sabor de cada pensamiento que olía a tu nombre,
me perdí de los instantes perpetuos que reflejaban tu rostros y que podían liberar un suspiro,
me perdí de disfrutar de la risa que detuve al tener de frente un cliché
me perdí tantas cosas:
un rebato, un escape,
un secuestro del asiento,
un cambio de rumbo,
un soñar despierta
una sonrisa, una sorpresa,
se la autora del robo de un aliento,
la sensación de la admiración,
sentir como el viento juega con mi pelo,
ser la que desconcentrar y despierta interés en lo que quiero,
me perdí de mi, creo que es mi mejor escudo, desaparecer como lo se hacer.
lo que no desaproveché fue la ansiedad de volver a verte,
el salto del corazón al escuchar el teléfono esperando que fueras tu,
el latido eufórico al saber que estabas cerca,
de actuar como si nada pasaba.
la ocurrencia, caminar otra vez a tu lado,
ser tu guía y ayuda idónea para entregarte una sorpresa,
tu sonrisa y tu carcajada,
la expresión de tu rostro cuanto te obsequie un atardecer conmigo en tus brazos,
los besos sorpresa,
los acordados con la mirada,
los abrazos viejos y no tan viejos
y ser co-protagonista de los párrafos que se escribían de nosotros.
Hoy quiero regalarte eso,
unas pocas líneas del mágico momento de un milagro.
te regalo un recuerdo…
autor: Danaluna
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